Es un mundo rocoso, muy accidentado, polvoriento, rico en componentes
orgánicos pero con menos hielo del esperado; muy oscuro, con
temperaturas que oscilan entre los -70ºC y los -150ºC y en el que
incluso parece que hay viento. Este sería el retrato del cometa
67P/Churyumov-Gerasimenko realizado a partir de las conclusiones de
siete estudios que recoge la revista Science. Se trata de la primera
tanda de resultados obtenidos tras analizar las mediciones realizadas
por la sonda espacial Rosetta, la nave de la Agencia Espacial Europea
(ESA) que entró en la órbita de este cometa el pasado agosto.
El
12 de noviembre de 2014, la misión Rosetta de la ESA hizo historia
cuando Philae, su módulo de aterrizaje, se posó -aunque con algunas
complicaciones- sobre la superficie del cometa 67P. Y a pesar de que el
acontecimiento acaparó cientos de titulares y fue considerado toda una
gesta espacial, para los investigadores que reciben y analizan los datos
en tierra fue sólo el principio.
Los siete
estudios detallan la densidad, composición, forma, orografía, atmósfera y
actividad del cometa que se convirtió en el más y mejor observado y
analizado de la historia.
El 67P tiene cuatro
kilómetros de diámetro y pesa 10.000 millones de toneladas, pero los
nuevos datos de Rosetta muestran que este coloso es menos denso que el
corcho o la madera, es decir, flotaría en el mar como un iceberg. De
hecho es muy poroso y su interior está vacío en un 80 por ciento, como
si fuera una esponja o una piedra pómez, según indican las imágenes
tomadas por el instrumento Osiris, uno de los 11 a bordo de Rosetta,
publica el portal El País. Es la primera vez que se consigue medir la
densidad de un cometa de forma directa.
Las más de
15.000 imágenes tomadas por Osiris permitieron clasificar los diferentes
terrenos que hay en la superficie del 67P, explica Luisa M. Lara,
investigadora del Instituto de Astrofísica de Andalucía y coautora de
tres de los estudios. Se pueden encontrar grandes extensiones de polvo
con dunas que recuerdan a los desiertos de la Tierra, zonas con cráteres
y también partes más abruptas que recuerdan a los volcanes de lodo de
Chile, resalta Lara. Entre todas ellas se alza Hathor, un acantilado de
900 metros que Rosetta retrató en una de las vistas más espectaculares
del 67P. Lo más sorprendente es que una persona podría saltar desde el
precipicio y sobrevivir debido a la reducida gravedad, según la NASA. En
teoría, un astronauta podría saltar desde una nave y caer en el 67P,
según los cálculos de Rhett Allain -un físico de la Universidad de
Luisiana (EEUU)- y también sería posible saltar lo suficiente como para
abandonar el cometa.
Eyección de gases desde el "cuello"
En
uno de los estudios publicados en Science los investigadores utilizaron
Osiris para analizar la estructura del cometa cuyas formas le confieren
cierto parecido a un pato de goma y que consta de dos lóbulos
conectados por una especie de "cuello".
Los estudios
comprobaron que la mayor parte de la eyección de gases del cometa
sucede precisamente en ese cuello, del que las cámaras de Osiris vieron
surgir chorros de gas y escombros. El hallazgo hace que los científicos
se pregunten si el cometa pudo formarse a partir de la combinación de
dos cuerpos más pequeños o si su existencia comenzó como un cuerpo mucho
mayor que se contrajo alrededor de su centro, dándole el aspecto de una
manzana de la que alguien se hubiera comido toda su parte central.
Otro
de los estudios describe con todo detalle la superficie del fragmento
del cometa que es más visible desde la actual posición de Rosetta (la
cara sur no es visible aún porque es la que apunta hacia el Sol y la
nave Rosetta se refugia en la zona de sombra para no recibir
directamente la radiación solar). La región norte del Churyumov
Gerasimenko representa, sin embargo, más de la mitad de toda la
superficie del cometa, y está dividida en 19 regiones diferentes, todas
ellas bautizadas con nombres de antiguos dioses egipcios, al estilo de
la nomenclatura de toda la misión. Aún no se sabe cuál de estas dos
posibilidades es la cierta, pero sí se ha descubierto una enorme grieta
"que recorre el cuello del pato como si fuera un collarín”, resalta
Lara.
Los detalles sobre las texturas y la
geomorfología del núcleo del cometa ayudarán a los investigadores a
determinar cómo su forma fue evolucionando a lo largo del tiempo y dónde
es más probable que se encuentren sus depósitos de agua y hielo. Esta
parte de la investigación será cada vez más fácil a medida que el cometa
se vaya acercando al Sol.
Otro de los estudios,
capitaneado por Fabrizio Capaccioni, del Instituto Nacional de
Astrofísica de Roma, y llevado a cabo con el espectrómetro de
infrarrojos Virtis, se centra en las evidencias de moléculas orgánicas
de carbono sobre la superficie del Churyumov Gerasimenko. Este equipo de
científicos espera poder captar las firmas de moléculas mucho más
complejas, incluso de aminoácidos. Por el momento, sin embargo, parece
que la superficie del cometa está dominada por formas mucho más simples
de carbono, aunque el trabajo servirá para ilustrar cómo esas moléculas
llegaron a desarrollarse y a esparcirse después por todo el Sistema
Solar.
Philae despertará
Buena parte de los paisajes fotografiados en el 67P desaparecerán o
cambiarán pronto. El cometa está ahora aproximándose hacia el punto de
su órbita más cercano al Sol. Rosetta será la primera nave humana que
presencie cómo la actividad en el cometa se disparará a medida que
aumenta su temperatura, haciendo que su superficie se vuelva más
“explosiva” con chorros de gas. Los responsables de la misión también
esperan que Philae, el módulo que aterrizó en el cometa en noviembre,
vuelva a activarse este año entre mayo y junio.
Estos cuerpos son fósiles del Sistema Solar. Están hechos de los
materiales primordiales que, hace más de 4.500 millones de años,
sirvieron para formar los planetas, incluida la Tierra. Entre estos
materiales primigenios, muestra ahora Rosetta, hay abundantes compuestos
orgánicos hechos de carbono, hidrógeno y oxígeno.
CON GRAN PRECISIÓN Y RESOLUCIÓN
SMAP mide la humedad en los suelos
La NASA lanzará mañana el satélite SMAP (Soil Moisture Active
Passive), que cada tres días medirá la humedad en los suelos de la
Tierra con una precisión y resolución sin precedentes. El satélite
despegará a bordo del cohete privado Delta II desde la Base de la Fuerza
Aérea de Vandenderg, en California (EEUU).
SMAP es el primer satélite estadounidense de observación terrestre
diseñado para recoger observaciones globales de la humedad del suelo
superficial y su estado de congelación/descongelación.
Estas mediciones de alta resolución darán a los científicos una nueva
capacidad para predecir mejor los riesgos naturales del clima extremo,
el cambio climático, las inundaciones y las sequías, según la NASA.
La misión proporcionará los mapas más precisos y de mayor resolución
de la humedad del suelo nunca antes obtenidos, con cartografía mundial
cada dos o tres días durante por lo menos tres años. La órbita polar
circular final de la nave espacial será de 685 kilómetros en una
inclinación de 98,1 grados. La nave orbitará la Tierra una vez cada 98,5
minutos.
Las tres partes principales del instrumento son: un radar, un
radiómetro y la antena de malla giratoria más grande jamás desplegada en
el espacio.
Los instrumentos de teledetección son llamados "activos" cuando
emiten sus propias señales y "pasivos" cuando registran señales que ya
existen. SMAP aúna un sensor de cada tipo para obtener las mediciones
más precisas que jamás se tomaron de la humedad del suelo: una pequeña
fracción del agua de la Tierra, pero con un efecto desproporcionadamente
grande sobre el tiempo y la agricultura.
Para satisfacer las necesidades de exactitud y cubrir el planeta cada
tres días o menos, los ingenieros de SMAP en el Laboratorio de
Propulsión a Chorro de la NASA diseñaron y construyeron la antena
giratoria más grande que pudiera ser estibada en un espacio de sólo 30
por 120 centímetros durante el lanzamiento. El plato es de 6 metros de
diámetro.
"Lo llamamos el lazo hilado", dijo Wendy Edelstein, gerente del
instrumento SMAP. Como un lazo de vaquero, la antena está conectada por
un lado a un brazo con un cayado en su codo. Se hace girar alrededor del
brazo a 14 revoluciones por minuto (una rotación completa cada cuatro
segundos). El plato de la antena fue proporcionada por Northrop Grumman.
El motor que hace girar la antena fue suministrado por Boeing. "La
antena nos causó mucha angustia, no hay duda al respecto", señaló
Edelstein. Aunque la antena debe ajustarse durante el lanzamiento en un
espacio no más grande que un cubo de basura de cocina, debe desplegarse
de manera tan precisa que la forma de la superficie de la malla tiene
una precisión de alrededor de unos pocos milímetros